Corrían los años de 1651 y uno de los angoleños pintó sobre el muro del lugar, la imagen del Señor Crucificado para orar, presidir las reuniones de la cofradía y presentarle ofrendas. Así de simple
y con gran sencillez, nace la imagen de mayor devoción limeña y símbolo del Perú. El muro en que se pintó era en el terreno de Hernán Gonzales y servía de medianera con la casa huerta de Don Diego Tebes Montalvo Manrique de Lara.
Tiempo después por los años de 1670, el lugar quedó abandonado y Antonio de León, vecino del barrio, decidió tributarle culto, poniendo por techo una pobre ramada y por altar una mesa de adobes. El Señor premió este gesto sanándole de una cruel enfermedad. A este primer devoto muchos le hicieron compañía en su devoción al Crucificado; y viendo que el Señor les favorecía con visibles favores, establecieron cada viernes por la noche, romerías con música y cajón.


2 comentarios:
La fe es la expresión máxima del optimismo.
La fe no debe desviarse hacia cosas materiales.
La fe debe mostrarse en el día a día, depender de Dios y actuar conforme a la palabra.
Saludos...
visita...
http://visiong12peru.tk/
Publicar un comentario